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Mis pinturas

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Azul (II)

Y el poeta
quiso ser pintor,
para pintar el mar
para pintar el cielo,
pintarlos
color azul
pintarlos
de un color bello...
Olvidar aquel pasado
que ya, por fin
dejó de lado.

(AZUL)

Y me sumergí en el mar azul
bajando y bajando
sin saber parar,
buceando deprisa
hundiéndome lentamente
hasta no encontrar nada
sólo tinieblas y peligros oscuros...

El azul se volvió negro
y allí, ya no estabas tú
allí no había nada
nada que encontrar,
mi mente perdida
añoraba salir a flote
escapar de aquel remolino
que me llevaba al mal...

Y subí al cielo
como pájaro que cree saber volar
en un día claro y azul
con nubes blancas a mi alrededor...

Sin saber volar
seguí subiendo,
sin saber parar...
y el cielo se volvió oscuro
y las nubes negras
y tampoco allí estabas tú,
y la claridad se tornó tormenta
y el viento y el granizo
me hizo tambalear,
me hizo caer y caer
provocando dolor
destruyendo el amor.

Ya no quiero volar
ni bucear en lo hondo,
quiero pisar la arena
nadar cerca de la orilla
y al salir del agua
caminar contigo de la mano,
dejarme guiar
para no perderme más.


El tren

EL TREN

El viento acariciaba mi pelo...
Lo hacía
de forma suave
suave
suave...
casi no notaba
el traqueteo del viaje,
quizás fuera la absenta
o el humo de la chimenea
al quemar el carbón
lo que creaban
en mí
esta desazón,
quizás fui yo
quién no hizo
lo bastante
para recuperarte,
quizás ahora
ya era tarde
muy tarde
demasiado tarde,
quizás ahora
no estuviera yendo
a ninguna parte.

El viento acariciaba
mi pelo
de forma suave
y un escozor
inundó mis ojos
que se tornaron
rojos...
Rojos,
rojos
como el polvo arenoso
de este desierto
en que me encuentro,
como el vaivén incierto
de estos años
de sufrimiento,
años de
tormento
lamento
desconsuelo
y maltrato,
abusos
sin apenas
arrepentimiento,
años de exceso
errores
fiestas y opio,
como cada estación
que pisé
para no volver
pues no te encontré
en ningún andén...

Desde aquella tarde
que te fuiste
sin avisarme,
cansada ya
de esperarme,
cansada
de tantas noches
y noches en vela
sin nadie
durmiendo a tu vera,
desconsolada
por no encontrar en mí
la persona
que te quisiera.

El viento
ha dejado de soplar,
ya no acaricia
mi pelo
ya no siento
el traqueteo
del viaje.

Ahora sé
que este tren
se detendrá,
que ya, no
se moverá,
que ésta será
su última estación
y que mi corazón
aquí yacerá
pues nunca más
tu amor tendrá.

JCristóbal Pintor

Marimba


(Microrrelato creado para un reto de Sttorybox, inspirado en la canción Sway de Michael Buble. Os invito a escuchar la canción y leerlo).
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MARIMBA
-¿Bailamos?
La pregunta le pilló por sorpresa. Aún estaba acomodando sus cosas en la taquilla, cuando escuchó la voz melosa de Ricardo detrás de su nuca. Sabía su nombre porque estaba en boca de todas las chicas de la clase.
Nora tuvo un día de lo más ajetreado en la oficina, apenas tuvo tiempo de comer un sandwich y darse una ducha rápida al llegar a casa, antes de coger el metro y acudir a la carrera al salón de baile. ¡Odiaba las prisas! Para colmo ahora estaba medio empapada, fuera estaba lloviendo a mares.
(Precisamente hoy... con la pinta que debo hacer!)
-Ey, tranquilo, ¿a qué viene tanta prisa?- dijo sin poder evitar esbozar una sonrisa al darse la vuelta. Aquel chico cubano le gustaba.
-Es que si espero se me adelanta el rubiales ese que siempre baila contigo.
-¿Quién, Joshua?
-No sé cómo se llama, pero... ¡baila fatal! Apúrese señorita, ¡vamos a bailar!- la cogió suavemente de la mano y la llevó al centro de la pista...
Océano que me acompañas, océano de mar salada, que hoy, conmigo bailas, tu cuerpo y el mío, moviéndose al compás, como las olas del mar cuando el viento las arrastra. Océano azul, que por fin, estás conmigo, a mi lado siento tu corazón, latiendo junto al mío, mezclándose con el sonido de la marimba, con la música de viento y cuerda, mis ojos... sólo te ven a ti, bella mujer, pues nunca antes sentí lo que siento contigo al bailar, al tu cuerpo con el mío rozar, que te dejes llevar, al ver tus caderas balancear, tu pelo rojizo brillar, oler el aroma que emana tu piel, pura esencia de canela, mis ojos sólo te ven a ti, como si aquí no hubiera nadie más, cómo si estuviéramos hechos para volar, volar al son de la marimba... he sentido el frescor de tus labios sin apenas rozarlos en el último paso, el brillo de tus ojos me volvió loco, bailar contigo esta canción me supo a poco.
Al acabar el tema, la profesora se acercó a ellos y les dijo que habían sido la pareja elegida para participar en el concurso del próximo sábado noche en la sala Paradise.
Y el sábado, la música volvió a sonar y sus cuerpos volvieron a bailar...
Marimba que suenas
cuando cae el día,
contágiame
tu alegría...
¡ven conmigo
a bailar!
Mueve tu cuerpo
al compás
del mío,
déjate llevar,
tú serás
las olas del mar,
yo el viento
que las moverá,
que suene
la marimba
la trompeta
y el chelo,
que yo quiero
ser
tu compañero,
bailar contigo
cuando caiga
el día,
océano y cielo
viento y marea,
tu yo
en la pista
cumpliendo sueños,
juntando
música
baile
y deseo.
Desde aquella tarde, Ricardo y Nora fueron pareja, no sólo de baile y continuaron ganando concursos...
FIN


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https://youtu.be/osgGQ-SOWsE